La Astrología es un lenguaje sagrado y una herramienta de transformación personal muy poderosa. Estar frente a un mapa natal resulta una de las experiencias mas estimulantes y fascinantes. En lo personal, representa un verdadero desafío que requiere compromiso, responsabilidad y una gran dosis de discriminación. La elaboración de una carta astral es una ciencia. Su interpretación, un arte. Una carta astral tiene incontables lecturas y revela muchísimo sobre la estructura energética de un individuo. Pero no se trata aquí tanto de «predecir» sino de develar. Sacar a la luz aquello que la persona no alcanza a comprender de sí misma y que la mantiene atada a lo que se manifiesta luego como un «destino» inexorable. La expresión de la conciencia de una forma creativa (y no reactiva) es la meta. Adquirir mayor libertad de acción y ampliar el abanico de posibilidades es la propuesta para emprender el camino. Quien consulta al astrólogo busca encontrar respuestas. Quien interpreta su carta, también. En ese intercambio se produce la alquimia. Mirar una carta astral -un mapa del cielo en un tiempo y espacio determinados- es mucho mas que mirar al otro en profundidad. Mirar el cielo, es mirar adentro. Y mirar adentro es empezar a encontrarse.